No todas las escaleras son iguales: además de los distintos materiales, la mayor diferencia radica en su forma. Esto influye en la elección del sistema de salvaescaleras. Mientras que el asiento y el mecanismo de tracción son bastante similares para cualquier tipo de escalera, los carriles deben adaptarse específicamente a la forma recta de cada tramo.
La mayor ventaja de un salvaescaleras para tramos rectos radica en que los rieles (monorraíl o doble raíl) son más fáciles de fabricar que en las escaleras con curvas. Por ello, el coste de estos modelos es notablemente inferior al de los salvaescaleras para tramos curvos (forma en L, forma en U, etc.).
La compra de un salvaescaleras para escaleras rectas de segunda mano suele resultar mucho más rentable que en el caso de tramos curvos. Esto también se aplica al alquiler. Por un lado, los costes de motor, módulo de tracción, plataforma, etc. pueden ser hasta un 50 % más bajos; por otro, los rieles suelen ser más económicos. En ocasiones, incluso se pueden reutilizar rieles usados, siempre y cuando cumplan con todos los requisitos de seguridad.
Ya sea nuevo o de segunda mano, para exterior o interior: un salvaescaleras plegable resulta especialmente ahorrador de espacio, por lo que se adapta muy bien a escaleras rectas estrechas. Aun tratándose de un tramo recto, se recomienda dejar una pequeña curva al final de la escalera para que el salvaescaleras pueda aparcarse. Así, cuando no esté en uso, no bloqueará el espacio disponible.
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