Los salvaescaleras de asiento, de plataforma y elevadores para sillas de ruedas destinados al uso en interiores están disponibles en distintas versiones y pueden instalarse prácticamente en cualquier tipo de escalera. A la hora de fijar los rieles, pueden emplearse diferentes técnicas (montaje en pared o sobre los peldaños) para proteger la estructura de edificios unifamiliares y multifamiliares, así como de inmuebles públicos.
Los módulos y rieles de salvaescaleras diseñados para uso exterior están fabricados con materiales resistentes a la intemperie y cuentan con recubrimientos especiales. La electrónica sellada del mecanismo garantiza seguridad y pleno funcionamiento bajo cualquier condición climática. Al igual que en los modelos de interior, las plataformas de estas versiones son plegables.
La Agència de l'Habitatge de Catalunya y el Departament de Drets Socials coordinan ayudas que pueden llegar al 70 % del coste de un salvaescaleras, según la dependencia y la situación socioeconómica. Así se fomenta la autonomía y se reducen barreras en el hogar. Infórmate de los trámites y plazos para acceder a esta subvención.
Con la compra de un salvaescaleras de segunda mano, puedes ahorrar hasta un 60 % en comparación con uno nuevo. Sin embargo, el factor decisivo para el ahorro es que la fabricación del sistema de rieles no genere costes de producción elevados. En recorridos superiores a 5 metros o en escaleras con curvas, lo habitual es fabricar rieles a medida.
Lo mismo que sucede con la compra de segunda mano se aplica también al alquiler de salvaescaleras: para instalaciones sencillas y contratos de alquiler de corta duración, el leasing de salvaescaleras es una buena opción para ahorrar dinero.
Consejo: las subvenciones existentes pueden utilizarse igualmente para el alquiler de salvaescaleras.
En España, organismos como el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) o la Seguridad Social pueden cubrir los costes de un salvaescaleras si este resulta necesario para el desempeño de la actividad laboral. Asimismo, las oficinas de integración laboral de cada comunidad autónoma ofrecen ayudas para adaptar puestos de trabajo a personas con discapacidad.
Elige el modelo de salvaescaleras que mejor se adapte a la discapacidad existente. Las personas que usan silla de ruedas, por ejemplo, necesitan una plataforma que puedan abordar con la misma.
No todas las variantes se pueden instalar en cualquier escalera. Cuando los tramos son estrechos, lo más recomendable son salvaescaleras con asiento abatible o plataforma plegable.
Si tu elección de modelo está limitada por la condición física o las características estructurales de la vivienda, la adquisición puede suponer un gasto elevado. Verifica si existen subvenciones o si el alquiler de un salvaescaleras puede ser una alternativa más económica.
En España, muchas comunidades autónomas y entidades locales ofrecen programas de ayuda y subvenciones para la instalación de salvaescaleras. Te recomendamos consultar los recursos del IMSERSO o las oficinas de servicios sociales de tu región, donde podrás informarte sobre las distintas opciones de financiación disponibles y cómo solicitarlas.
Tipo | Forma | Ubicación | Precio |
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Salvaescaleras con asiento | Recta | Interior | 3.500 - 10.000 € |
Salvaescaleras con asiento | Curva | Interior | 7.500 - 15.000 € |
Salvaescaleras con asiento | Recta | Exterior | 4.000 - 10.000 € |
Salvaescaleras con asiento | Curva | Exterior | 14.900 - 19.000 € |
Elevador de plataforma | Recta | Interior / Exterior | 10.000 - 15.000 € |
Elevador de plataforma | Curva | Interior / Exterior | 12.000 - 20.000 € |
Elevador de corto recorrido | Hasta 180 cm | Interior / Exterior | 10.000 - 16.000 € |
Elevador de corto recorrido | Más de 180 cm | Interior / Exterior | Desde 15.000 € |
A la hora de adquirir (o alquilar) un salvaescaleras, presta especial atención a la construcción del dispositivo. No todos los tipos de salvaescaleras se adaptan a todas las escaleras o viviendas. Si tú (o un familiar) dependéis de una silla de ruedas, es fundamental que el salvaescaleras pueda transportar a una persona junto con la silla de ruedas.
Sí. En particular, los salvaescaleras de plataforma son ideales para personas en silla de ruedas. En este modelo, se accede a una plataforma y se supera la escalera sin tener que abandonar la silla. Si hay muy poco espacio, podría usarse un salvaescaleras suspendido como alternativa.
En muchas zonas de España, también en Cataluña, existen programas de ayuda o subvenciones que pueden cubrir parte del coste de un salvaescaleras. Por ejemplo, a través de Programa de Rehabilitación de Edificios podrían concederse hasta 6.000 euros de ayuda, dependiendo de los requisitos específicos. Además, algunas empresas o instituciones apoyan la creación de espacios de trabajo accesibles.
Un salvaescaleras para exterior debe ser especialmente resistente y soportar condiciones climáticas adversas. Los modelos indicados emplean materiales anticorrosivos, interruptores sellados, estructuras galvanizadas y superficies de plataforma antideslizantes.
Los modelos más sencillos suelen ser más económicos, mientras que los que requieren soluciones muy específicas pueden resultar más costosos. Es difícil dar un precio fijo de antemano. Uno de los factores que más encarece la instalación son los rieles a medida, especialmente en escaleras con curvas.
Un salvaescaleras clásico con motor, módulo de traslado, asiento y reposapiés pesa entre 20 y 25 kg. En cambio, los salvaescaleras de plataforma pueden ser bastante más pesados, dependiendo de su tamaño. La estructura de rieles (uno o varios) debe soportar ese peso sumado al del usuario.
Existen modelos especiales para personas con mucho peso, capaces de mover 160 kg e incluso hasta 200 kg con seguridad. Los salvaescaleras de plataforma pueden llegar a 300 kg de capacidad de carga, lo cual los hace muy adecuados para sillas de ruedas o equipos pesados.
La mayoría de salvaescaleras se desplaza a unos 0,12 m/s. Esa velocidad reducida garantiza seguridad y permite una parada rápida (por ejemplo, en caso de emergencia) si algún obstáculo bloquea el recorrido.
Básicamente, la escalera debe ser lo suficientemente ancha para que, incluso con la plataforma o el asiento desplegado, el salvaescaleras pueda recorrer toda la trayectoria. En las normativas de construcción, a menudo se exigen anchuras mínimas en escaleras de uso comunitario o vías de evacuación.
La normativa de edificación en Cataluña puede variar según las disposiciones locales. Por lo general, se recomienda disponer de al menos 80 cm de ancho para que la plataforma o el asiento del salvaescaleras no obstaculicen la escalera durante su uso. En algunos casos, la ley puede exigir 90 cm o incluso 100 cm, dependiendo del tipo de edificio y de la frecuencia de paso. Lo ideal es consultar la legislación aplicable de tu zona para cumplir todos los requisitos legales y garantizar la máxima seguridad.
Sí. Hay modelos diseñados para escaleras de hasta 62 cm de ancho. Algunas soluciones incorporan plataformas o asientos plegables, reduciendo así el espacio ocupado cuando el salvaescaleras está en posición de aparcamiento.
Por lo general, se pueden instalar salvaescaleras con pendientes de hasta 70 grados sin problema. La clave es la potencia del sistema y del motor del salvaescaleras.
La instalación puede hacerse directamente sobre los peldaños o mediante soportes anclados en la pared. En estructuras de alto valor patrimonial o histórico, se buscan métodos que minimicen el impacto sobre la edificación.
Además de la forma de la escalera, también influyen factores como tipo de construcción, peso y capacidad de carga del salvaescaleras en la elección del método de montaje. Se distinguen, por ejemplo, la fijación de zanca, de arpa, de abrazadera o a la pared.
Los sistemas de un raíl ahorran espacio, pero no suelen ofrecer tanta capacidad de carga como los de dos raíles. Aquí resultan decisivos tanto el peso del salvaescaleras como la carga máxima necesaria.
No es tan importante la marca concreta (por ejemplo, Lifta, thyssenkrupp, Hiro), sino que el dispositivo cuente con certificación y sellos de seguridad pertinentes. También influyen la forma de construcción y las funcionalidades: por ejemplo, un salvaescaleras para silla de ruedas tiene requisitos distintos que uno clásico de asiento.
Sí, la instalación en edificios con varias viviendas es totalmente posible, siempre y cuando se cumplan las exigencias de anchura mínima y no se obstaculicen vías de emergencia o evacuación. En inmuebles de más de dos viviendas, suele requerirse al menos 100 cm de escalera útil (según normativa local).
Si el salvaescaleras es imprescindible para que una persona alquilada pueda acceder a su vivienda sin barreras, normalmente el propietario debe permitir la instalación en zonas comunes. Sin embargo, el coste suele ir a cargo del inquilino.
En la mayoría de los casos, no se requiere una licencia formal específica, siempre que se respeten las normas de accesibilidad, anchura mínima, seguridad contra incendios y salidas de emergencia. No obstante, conviene consultar la normativa de la Cataluña o el ayuntamiento correspondiente.
Los salvaescaleras, sobre todo los de fabricación de alta calidad, son muy robustos y pueden funcionar sin problemas hasta 15 años o más con un mantenimiento periódico. Las baterías suelen requerir cambios con más frecuencia (aproximadamente cada 4 años).
Casi todos los salvaescaleras modernos cuentan con un acumulador que se recarga automáticamente. Esto garantiza que, ante un corte de suministro eléctrico, el dispositivo no se detenga de golpe durante el trayecto. Sin embargo, no se acostumbra usar la batería en funcionamiento continuo.
En España, los salvaescaleras no suelen considerarse un “producto sanitario” clásico, por lo que no suele haber una cobertura sanitaria directa. Sin embargo, muchos programas de financiación, como Programa de Rehabilitación de Edificios, ofrecen ayudas de hasta 6.000 euros si el solicitante cumple ciertas condiciones. Cada comunidad autónoma o región puede tener requisitos adicionales para acceder a estas subvenciones.
Es recomendable que la instalación la realicen profesionales especializados (empresas o técnicos locales). Un montaje de forma particular puede conllevar riesgos de seguridad y hacer que se pierda la garantía ofrecida por el fabricante o el vendedor.
En la mayoría de los casos, la instalación de un salvaescaleras sencillo se completa en dos o tres horas. En diseños más complejos, como los que abarcan varias plantas o curvas múltiples, el proceso puede llevar algo más de tiempo.
Los salvaescaleras de ocasión pueden costar hasta un 60% menos que uno nuevo. Sin embargo, en escaleras con curvas o diseños complejos, el ahorro se reduce, porque los rieles deben fabricarse a medida.
Si existe un informe médico (certificado) que acredite la necesidad, a veces se admite el gasto del salvaescaleras como “gasto extraordinario” en la declaración de la renta. No obstante, los requisitos varían según la normativa fiscal y el grado de dependencia. En algunos casos, a partir de cierto grado de discapacidad, no se exige un justificante médico adicional.
Muchos comerciantes regionales y nacionales adquieren salvaescaleras de segunda mano. También es posible venderlos entre particulares a través de portales de anuncios o sitios web especializados.
Algunos distribuidores locales (nuestros colaboradores) ofrecen, si es factible, demostraciones o pruebas gratuitas. Esto suele requerir que otro cliente en la misma zona acepte compartir su experiencia y permitir la prueba en su instalación.